serie DOCUMENTAL "PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
Presenta:
serie DOCUMENTAL
"PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
Corregimiento de altagracia
Corregimiento de Altagracia
CORREGIMIENTO DE ARABIA
CORREGIMIENTO DE ARABIA
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
Corregimiento de LA FLORIDA
Corregimiento de LA FLORIDA
serie FOTOGRÁFICA "PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
PRESENTA:
SERIE FOTOGRÁFICA
"PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
Corregimiento de altagracia
Corregimiento de Altagracia
CORREGIMIENTO DE ARABIA
CORREGIMIENTO DE ARABIA
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
Corregimiento de LA FLORIDA
Corregimiento de LA FLORIDA
serie DE CRÓNICAS "PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
Presenta:
SERIE DE CRÓNICAS
"PEREIRA RURAL TRADICIONAL"
Corregimiento de altagracia
Corregimiento de Altagracia
EL MIRADOR DE ALTAGRACIA
Existe un corredor turístico llamado corredor Altagracia – Arabia, al cual tuvimos la oportunidad de ir en búsqueda de realizar un micro documental. Nuestro objetivo con este documental era encontrar las cualidades que tiene el corregimiento de Altagracia para potenciar el desarrollo del municipio de Pereira y nos encontramos con varios temas abordables, uno de ellos, el turismo.
Después de unos treinta minutos en automóvil desde el centro de Pereira, llegamos al corregimiento de Altagracia, lugar enmarcado en la declaratoria de Paisaje Cultural Cafetero de la UNESCO.
Nos encontramos con una carretera poblada a lado y lado del camino por casas construidas de diversas formas y materiales, coloridas y que transmiten un ambiente de pueblo, acogedor y querendón.
La carretera, de forma obligante, nos conduce hasta el parque Mirador de Altagracia. Uno sabe que está allí, pues se encuentra con una torre medianamente alta que irrumpe con todo lo que ya uno podía haber visto en el paisaje arquitectónico del recorrido, que inmediatamente llama la atención, pues observamos en el lugar un parqueadero lleno de vehículos y un flujo interesante de personas yendo y viniendo de esa gran estructura verde, metálica, con escaleras circundantes. Alistamos cámaras, subimos las escaleras y al alcanzar la cima, pudimos observar un hermoso paisaje de 360 grados en el que se puede divisar un gran territorio que comprende los departamentos de Risaralda, Quindío y Valle, con verde hasta donde a uno le alcance la vista, con infinidad de cultivos, entre ellos, café, yuca, plátano, frutales, guaduales y bosques.
El verde que viste el paisaje cultural cafetero no es ajeno a ser contemplado desde el mirador de Altagracia, un regocijo para la vista que desde allí se puede dar cualquier visitante, que con la inmensidad de sus montañas y valles, contagian de una inconmensurable tranquilidad. Se puede ver el corregimiento a sus anchas y más. Fincas tradicionales cafeteras y casas fincas de todos los estratos y para todos los gustos. Este lugar que aun conserva la paz de todo pequeño centro poblado y las ventajas de la cercanía a una urbe nos invita a disfrutar de un maravilloso recorrido.
Conocimos allí a la señora Nora Torres, una funcionaria de la alcaldía que con mucho gusto nos concedió una entrevista para hablarnos de la importancia del parque Mirador de Altagracia y como esta construcción ha convertido el corregimiento en un importante atractivo turístico para el municipio, nos cuenta como se han distribuido en el lugar unas carpas en las que emprendedores de la zona pueden ofrecer sus productos a los turistas, previamente capacitados en fortalecimiento empresarial y servicio al cliente, situación que ha permitido el surgimiento de nuevos negocios con vocación de atención al turista en todo el corregimiento.
Podemos encontrar allí una variedad gastronómica muy interesante, que va desde la oferta de platos típicos del eje cafetero, hasta cocina gourmet, productos dulces tradicionales como tortas, postres, obleas y solteritas y productos tal vez únicos como el jugo de yuca, creado por la señora María Elena, quien a partir de un exceso de yuca y producto de la experimentación con otros ingredientes, encontró una formula nutritiva, refrescante y deliciosa para ofrecerle a sus clientes, que como nosotros, llenos de curiosidad al leer que hay disponible un jugo de yuca para probar, sin lugar a dudas nos arriesgamos a degustarlo, encontrando en esta bebida un sabor familiar al paladar, si no hubiésemos sabido que era jugo de yuca, probablemente hubiéramos creído que estábamos tomando avena.
Encontramos con que las personas de Altagracia se están organizando por medio del trabajo comunitario para ofrecer a sus visitantes servicios de avistamiento de aves, recorridos turísticos, alojamiento rural y experiencias alrededor de los cultivos de café y la tradición campesina, permitiéndole al visitante vivir en primera persona la recolección del grano de café, conocer su proceso, ordeñar una vaca, cosechar frutales, entre otras interesantes ofertas.
El equilibrio perfecto entre la tranquilidad de sus paisajes y su gente es algo que sin duda cualquier turista debería de contagiarse al son de un muy buen café.
Seguir describiendo este corregimiento sería como hacer una especie de “spoiler turístico” por eso, dejamos la posibilidad a cualquier persona respetuosa de la vida, la naturaleza y la gente, que se acerque a disfrutar de la tranquilidad y la belleza de este maravilloso lugar que sin duda nos hará pasar un día especial.
CORREGIMIENTO DE ARABIA
CORREGIMIENTO DE ARABIA
PASEO DE OLLA EN EL BARBAS
Sin duda alguna, podríamos pensar que los paseos de olla en un río fueron cosa del pasado, de recuerdos de infancia en que celebrábamos y disfrutábamos con nuestras familias, donde el paseo al río era para todas las generaciones. Nuestros abuelos y nuestros padres alistaban su caña y su carnada para adentrarse un poco río arriba para tratar de pescarse unas sabaletas o unas sardinas, mientras que las abuelas y las mamás se disponían a organizar el revuelto que llevaría el tradicional sancocho; se repartían los oficios, pelaban las papas, los plátanos, la yuca y porcionaban las carnes contando a cada uno de los miembros de la familia para que tuviera su buena cantidad trifásica, compuesta de pollo, espinazo de cerdo y una buen pedazo de res. Mientras que uno de niño, disfrutaba metido en el agua, jugando con los hermanos y los primos hasta el punto de tener los dedos arrugados, los labios morados y la piel quemada por el sol.
Nunca se nos hubiera pasado por la cabeza, que después de casi treinta años de vivir estas experiencias familiares y de estar acostumbrados al ritmo citadino, nos pudiéramos encontrar con un lugar tan cercano a la ciudad, con aguas cristalinas, y que después de tantos ríos que frecuentábamos, este no lo conocíamos.
Haciendo nuestro recorrido de avanzada por el corregimiento de Arabia, nos encontramos con una gran ser humano, Víctor Fernández, un gestor comunitario, conocedor de la zona y apasionado por compartir su conocimiento y experiencia con nosotros. Nos ofrece su compañía en el recorrido para que pudiéramos identificar varios puntos que tendrían vocación turística y presentarnos a varias personas que se han organizado dentro de su comunidad para prestar servicios turísticos a los visitantes. Hizo un par de llamadas, coordinó nuestro almuerzo con Luz Edith y nos llevó hasta su casa, donde orgullosa de su trabajo comunitario, nos empezó a contar sobre las tareas que adelantan las mujeres de la vereda San Carlos, ubicada a diez minutos de distancia en carro del parque de Arabia, y su organización para recibir a los visitantes al río para que puedan vivir una gran experiencia.
La comunidad gestionó la construcción de cinco cocinas, dispuestas para que los turistas en ellas puedan preparar su sancocho con leña o preparar un asado, con disponibilidad de agua potable y con espacios creados para disponer bien de las basuras sin que los turistas afecten el lugar. También la comunidad se ha preparado para ofrecer a los visitantes desde un tinto, una bebida refrescante, un almuerzo y hasta el alquiler de las ollas y la venta del carbón y la leña para la preparación de su asado o su sancocho.
Mientras disfrutábamos del delicioso almuerzo casero que nos preparó Luz Edith, nos promocionó su especialidad, el fiambre, una comida típica en la que en una hoja de congo, se envuelve un sudao. Nos garantizó que el fiambre de ella es uno de los mejores y seguramente, después de haber probado su sazón, en nuestra próxima visita le encargaremos el fiambre para pasar el día, disfrutando del río, hasta que se nos pongan morados los labios, arrugados los dedos y la piel un poco quemada por el sol.
Vivimos una experiencia que pensamos no volver a vivir, disfrutamos del río, de la calidez de los lugareños, del tinto campesino, de la tranquilidad de la vereda San Carlos y seguro trataremos de compartir con nuestros amigos y familiares este espacio que nos hace pensar que este tipo de turismo comunitario es un emprendimiento que debemos apoyar.
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
CORREGIMIENTO DE COMBIA ALTA
POTENCIAR EL LUGAR DONDE VIVO
Iniciando nuestro recorrido de descubrimiento por el corregimiento de Combia Alta, nos entrevistamos con Julián López, un experimentado guía turístico de nuestra ciudad y habitante de la vereda el Pital de Combia, al que le preguntamos acerca de los atractivos que podía tener esta zona. Su reacción nos pareció instantánea, hasta precipitada, asegurando que conocía a Alejandro Bedoya, un joven catador de café, quien adelanta un proceso de tecnificación y certificación en su finca y sus alrededores, quien además de crear sus propias marcas de cafés especiales, contribuye en la creación de productos turísticos administrados por la comunidad para fortalecer su vereda y el corregimiento en general.
Iniciamos nuestro recorrido hacia la vereda Alto Erazo, siguiendo las indicaciones que nos brindó Alejandro para llegar hasta su casa. Arrancamos camino arriba del barrio Parque Industrial, hasta que se acabó la vía pavimentada, de inmediato se puede sentir el cambio de lo citadino a lo rural, empieza a cambiar el paisaje, vías pedregosas y empantanadas por la cantidad de lluvia que ha caído, incluso recién habían recogido un derrumbe que había bloqueado la vía durante mas de una semana, obligando a los habitantes de la zona a caminar largas distancia para poder tomar un transporte para llegar a sus trabajos o a sus casas. Generalmente el transporte es jeep, que solo pasa hasta las 6:00 p.m. Chiva, que solo pasa hasta las 5:00 p.m. Y moto taxis, que tanto han sido criticados pero que realmente ofrecen un buen servicio de transporte a la comunidad, algunos de estos mototaxistas trabajan hasta cerca de la media noche, beneficiando a las personas que trabajan en lugares lejanos a estas veredas.
Al fin llegamos a la casa de Alejandro. Una hermosa casa de arquitectura tradicional del paisaje Cultural Cafetero, pintada de blanco con rojo brillante y rodeada de hermosa plantas colgantes con abundancia de flores de todos los colores, de inmediato la vista se regocija y uno entra en un estado de calma que invita a despejar la mente y disfrutar del paisaje.
Bajamos del jeep, Alejandro nos recibe, nos ofrece café y nos hace un recorrido por su casa, presentándonos a su familia y su hermoso recinto.
Mientras hacemos el recorrido por la casa, Alejandro nos cuenta el por que las casas construidas en esa época tienen unas características especiales, y es que la casa cuenta con un corredor que atraviesa todas las habitaciones, este tipo de construcción se utilizó por las personas que se asentaban en esta región y que venían huyendo de la violencia, esa época en que las personas se mataban solo por saber que el otro era simpatizante de un color o una bandera diferente, rojo o azul, implicaba correr el riego de morir en la época de la violencia. Así, estos corredores que atraviesan por toda la casa, eran una posibilidad de escape de la familia en caso de ser atacados, poder salvar sus vidas.
Nosotros somos empedernidos tomadores de tinto. Debo de confesar que antes de visitar la finca Colombia Mountain Coffee, sólo me limitaba a tomar café y pensaba que sabía algo, creía que lo disfrutaba, sin embargo al llegar a este precioso lugar me dió vergüenza al darme cuenta que de café no tenía idea y mucho menos disfrutarlo realmente. En un ambiente totalmente familiar Alejandro, Catador y Barista nos explica de una forma práctica las preparaciones de Café y como saborearlas, tengo que confesar que la pasamos tan bien, que se nos fue el tiempo escuchándolo; el talento de la buena charla es de familia, porque cuando llegó la madre de Alejandro, Doña Idalí nos entretuvo mientras nos preparaba un delicioso almuerzo en leña, contandonos parte de la historia de la casa, de su familia y del corregimiento. Nos contó como su señora madre convocó a todos los hijos para definir que pasaría con la casa cuando ella no estuviera, Doña Idalí se comprometió a hacerse cargo y ahora con la ayuda de sus dos hijos, tiene un ecosistema productivo que es digno representante de los muchos qué hay en este bello corregimiento. No fue fácil salir de allá porque nos despedíamos y ellos nos contaban una de las tantas historias bellas de territorio enmarcado en la declaratoria de paisaje cultural cafetero.
Llegamos a la conclusión de que esa finca, la que ha mantenido en pie durante tanto tiempo la señora Idalí, es el mejor resumen de una comunidad, desde la hospitalidad de sus gentes, la preparación de café, la cata del mismo, el emprendimiento y la laboriosidad, son motivos que sintetizan en un sólo lugar las inconmensurables razones para conocer este corregimiento.
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
CORREGIMIENTO DE LA BELLA
EL VALOR DE LO ANCESTRAL
Empezamos nuestra producción de avanzada para conocer el territorio del corregimiento de La Bella, para consolidar esta tarea nos acercamos a un viejo y querido amigo, Boris, un artista plástico, guía turístico y líder comunitario que lleva en la sangre, el corazón y la cabeza, el sitio donde habita. Canceles.
Nos citamos con Boris en el café Don Gabo, a solo 10 minutos en carro de la avenida circunvalar, en el cerro Canceles. Un lugar que promete ser un gran corredor turístico para la ciudad y que ha sido objeto de inversión de parte del gobierno local y sus habitantes.
Canceles es llamado así, pues allí se encontraron unas rocas laminadas que funcionaban como lápidas para las tumbas de los antiguos Quimbayas, quienes se cree, traían estas rocas desde el rio Otún hasta su centro poblado para darle sepultura a sus seres queridos.
Hay todo un compendio de historias, sobre los ancestros Quimbayas, sus tesoros, sus caminos, es tan rico el territorio en estos temas, que unos pobladores decidieron cambiar el nombre de su verada por el nombre de Pachacué, en honor a uno de los caciques que habitó este territorio
El corregimiento de La bella, llamado en lengua Quimbaya “Nabsecada” (Donde nacen las estrellas) es un territorio que fue habitado por nuestros ancestros Quimbayas y gran parte de este territorio fué liderado por este cacique.
Con esta introducción nos lleva Boris entretenidos escuchando sus historias, viendo verdes paisajes donde contrasta el territorio transformado por el hombre, con las montañas llenas de bosques al parecer vírgenes, pues se pueden ver grandes extensiones de tierra sin caminos, sin casas, sin gente.
El recorrido se va haciendo largo, uno siempre dice que en Pereira se llega en diez minutos a cualquier parte. Pues no. Nuestro destino era llegar a Pachacué, la ultima vereda del corregimiento, teniendo en cuenta las paradas para tomar fotos y conocer lugares, nos estábamos demorando cerca de dos horas y al fin llegamos. El llegar allí era con el objetivo de conocer un poco sobre este movimiento de personas que pretenden hacer un turismo comunitario basado en rescatar la ancestralidad del lugar. Allí conocimos al Capi.
Uno sabe que llegó pues se encuentra dos esculturas de mas de dos metros, como protegiendo la entrada a la finca, se ven impresionantes y además con un nivel de detalle muy interesante, parecieran monumentos extraídos de alguna tumba egipcia y empieza a jugar en nuestra mente la duda, serán parte de la cultura Quimbaya?
Por fin conocimos a “El Capi” una persona que de verdad transmite no sólo conocimiento, sino una tranquilidad que si uno se descuida le agarra la noche hablando con él, nos contó acerca de tradiciones perdidas que ya se cuentan como leyendas, luego de Almorzar unos deliciosos frijoles, nos sentamos a hablar con Lina y nos contó sobre algunos rituales, entre ellos la casita de vapor, una experiencia que hay que vivir. Ellos dos se han encargado de proteger él bosque de su propiedad para conservarlo de la mejor manera posible, en el se encuentra hasta un pequeño riachuelo que su sonido acompañado de cantar de las aves que allí habitan nos sacan del acelere que sin darnos cuenta vivimos. Este lugar que está enmarcado en el Paisaje Cultural Cafetero, nos sacia todos los sentidos con las mejores sensaciones, sentir el aroma de sus cultivos, el trinar de sus aves endémicas, el sonido relajante de sus aguas, las preciosas vistas que de un lado nos muestra la ciudad y al otro la inmensidad de ese verde montañoso que nos ha colocado en el mapa turístico mundial, sin duda es algo que debemos, vivir, sentir y disfrutar en algún momento.
La Bella, corregimiento que cuenta con una buena cantidad de veredas es parte de nuestro Paisaje Cultural Cafetero, razón suficiente para conocerlo, vivirlo y respetarlo.
Corregimiento de LA FLORIDA
Corregimiento de LA FLORIDA
RECUPERANDO EL RECICLAJE
En bus, en taxi, en carro, en moto o hasta en bicicleta uno puede llegar al corregimiento de la Florida, uno de los más sonados y a la vez menos conocidos, aunque en términos prácticos podríamos decir que es uno de los más turísticos, sin embargo, hay muchos espacios por conocer en este bello corregimiento que a punta de bicicleta y chivas ha agarrado una fuerza que ayuda a este bello lugar a ser uno de los más buscados para tener un buen día cerca a la ciudad.
Por la vía que conduce hasta este corregimiento pasamos por El Porvenir, vereda enmarcada en el territorio del corregimiento de la Florida, a tan sólo 2500 pesos en bus y unos minutos, podemos llegar a disfrutar de los helados de doña Amparo, helados que nos recomienda Julián Vélez, presidente de la junta de acción comunal, quien nos presenta a Don Manuel.
Don Manuel, esposo de doña Amparo, nos cuenta muy orgulloso como ha logrado ella con sus recetas secretas de helados, volverse un referente en la zona. “Hasta europeos vienen a probar nuestros helados” Dice Don Manuel, ya que todas las personas de su vereda, cuando tienen algún amigo o familiar de visita, tienen como costumbre llevárselos a probar los helados y por ahí derecho pegarse una buena charladita. “Yo soy un muy buen conversador, eso le gusta a la gente, y ahí, charlando, charlando, prueban casi todos los sabores de helados”. Este frío y sabroso emprendimiento, hoy convertido en negocio familiar, ha permitido que durante muchos años este hogar haya logrado superar varias crisis, entre ellas, los problemas del corazón que Don Manuel tuvo hace ya unos años.
Después de saborear unos cuantos helados, Julián nos relata sobre la historia de los procesos comunitarios que se han desarrollado en la vereda, con orgullo nos narra la historia de la emisora comunal, como con un parlante en el balcón de una de las casas lograron informar y narrar a la comunidad toda clase de programas radiales producidos por ellos mismos, como este proceso colectivo logró desarrollar la copa cuenca del Otún y así dar la oportunidad a los jóvenes habitantes de tener un espacio para el ocio constructivo.
También nos relata Julián sobre la señora Mercedes, una mujer emprendedora, soñadora, protectora del medio ambiente y su comunidad, quien tuvo durante muchos años la iniciativa de reciclar en la vereda y a través de este reciclaje, conseguir recursos económico para ella y para sus vecinos. “Las personas traían a la tienda todo su reciclaje y allí se lo cambiábamos por comida” Dice doña Mercedes orgullosa de su labor.
La tienda era una pequeña bodega en la que doña Mercedes recibía el reciclaje de la comunidad y lo cambiaba por comida, comenzaron con un pequeño aporte de mercados del gobierno de la época, mercados que Mercedes sabia administrar muy bien, pues por el intercambio por el reciclaje, ella entregaba alimentos y con la venta de ese reciclaje, invertía de nuevo en la compra de productos para intercambiar con su comunidad. Su modelo de trabajo comunitario fue conocido en la vereda por muchos años, incluso su labor tuvo los ojos puestos desde otras ciudades colombianas e inclusive de otros paises, desde donde venían a conocer el proceso y se lo llevaban para apropiarlo en sus comunidades.
Doña Mercedes, siempre atenta y dispuesta a compartir su conocimiento y experiencia para ayudar a su comunidad y preservar el medio ambiente, cree que este tipo de iniciativas deben continuar en su comunidad, ella ya no puede estar al tanto de este proceso, pues su salud se ha visto un poco deteriorada con el tiempo, por eso ella y toda su comunidad esperan y ansían que lleguen personas jóvenes y enérgicas con la capacidad de continuar con este legado, ejemplo de trabajo comunitario y ambiental para la vereda, la ciudad, el país y el resto del mundo.